“Eligiendo al mesías” en mi columna “No hay almuerzo gratis” en el diario Expreso

Transcribo mi columna publicada el domingo 20 de marzo de 2011 en el diario Expreso:

 

Eligiendo al mesías

 

Confieso que las campañas electorales me son siempre intrigantes. Soy una persona sumamente interesada en el estudio de los fenómenos sociales y presenciar cómo en distintos lugares del mundo se repiten, “mutatis mutandi”, tales fenómenos es algo que llama poderosamente mi atención al punto de capturarla. Cómo es que la gente decide a qué candidato elegir para un cargo público es uno de esos eventos en donde observo atónito como siempre se repiten los mismos vicios. En alguna columna expliqué porque considero que las democracias funcionan tan deficientemente, la explicación era la ignorancia racional de la gente. En resumidas cuentas, dado que personas saben que su voto no afecta el resultado de la elección, pues es sólo uno entre millones, no se toman el trabajo de prestarle atención a las propuestas de los candidatos, ni hacen un seguimiento de lo que ofrecieron y lo que hicieron durante su ejercicio en el cargo. Esto ocurre porque el costo de hacerlo supera, claramente, el beneficio. Nadie podrá negar que estar al pendiente de las votaciones que realiza un congresista por quien votó, para ver si votará por él nuevamente en la próxima elección, es una tarea laboriosa, que no se justifica a menos que pueda tener uno la certeza  de que su voto será el definitorio. Certeza que por lo demás las democracias no pueden ni deben ofrecer. Al ser esto así, las personas optan por no informarse y permanecer en la ignorancia, siendo esta una decisión plenamente racional.

Sin embargo, creo que los fenómenos sociales difícilmente tienen una causa única y que más bien responden a muchas que sumadas los generan. En razón de ello me ánimo a esbozar una idea acerca de por qué creo los procesos electorales funcionan tan defectuosamente, aunque ingresé al terreno de la especulación y no al de la ciencia.

Es mi intuición que los votantes muchas veces están en busca de un mesías, más que de un profesional apto para ejercer un cargo público. El sólo ver la publicidad electoral en cualquier campaña demuestra que muchas personas no buscan un servidor público, sino más bien un redentor que los salve de todos los males que los aquejan. Esto quizás se deba a la tardanza que llevan los dioses de las distintas religiones en regresar a la tierra y en la necesidad que parece tener el ser humano, como rezago cultural, de descargar sus angustias sobre hombros ajenos.

La propaganda es buena guía para entender esto, frases como “la audacia de la esperanza”, que utilizó Obama en su campaña presidencial en los EE.UU. (muy parecida a “la esperanza vencerá al miedo”, dicho sea de paso), revelan que los comunicadores son consciente de que para el elector votar es muchas veces hacer un acto fe no muy distinto del que se hace al creer en alguna religión.

Esta portentosa situación es una que los publicistas de los candidatos explotan al máximo, enfocando gran parte de su batería publicitaría en mensajes personalistas y mesiánicos, “slogans” como “lo hizo, lo hará” o “yo sé como hacerlo” demuestran eso. Propuestas como crearé tantos millones de puestos de trabajo, construiré tantas obras, le doblaré el salario a tal o cual gremio, son propias de un Dios que tiene poderes súper naturales que le permiten alterar la realidad que de un simple ser humano de carne y hueso que no puede hacerlo, ni tiene forma de garantizar que promesas como esas podrán ser cumplidas.

Lo curioso no es que los candidatos hagan estas promesas, sino que la gente parece estar siempre en busca de quién las haga, sin importar que la evidencia demuestre una y otra vez que una persona, por más preparada que sea (que no siempre es el caso en el terreno político), poco o nada puede y debe hacer, para que la sociedad prospere (aunque sí para que no lo haga), pues ésta, si se le deja funcionar libremente, lo hace de manera espontanea, no porque algún iluminado gobernante lo planifique”.

 

Las opiniones vertidas en este blog son estrictamente personales y en nada comprometen a las entidades a las cuales el autor se encuentra vinculado.

 


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3 pensamientos en ““Eligiendo al mesías” en mi columna “No hay almuerzo gratis” en el diario Expreso

  1. Hola Guillermo,

    Muy buenas tus columnas. Tengo un par de comentarios. Primero, coincido plenamente con el concepto de mesias que utilizas y creo que tiene su origen en el caudillismo. Los Latinoamericanos (quiza salvo Chile) vivimos de los caudillos. En el Peru, el gobierno pasado de Toledo demostro que la virtud mas importante de un lider politico es saber rodearse. Lamentablemente muy poca gente aprecia o toma en cuenta esta cualidad.

    Segundo, tu ultimo parrafo parece plantear que no importa el gobernante. Difiero, pues creo que es necesario un gobierno que garatice igualdad de oportunidades a todos sus miembros, con educacion, salud, justicia, seguridad, etc.

    Sin embargo, la pregunta de fondo es ¿en que piensan los peruanos cuando van a votar? Creo que la respuesta es otra pregunta ¿qué puede hacer el gobierno para mejorar mi situación inmediata? La razon por la que se formulan esta pregunta (y de esa manera) es porque muchos peruanos (diria que justamente ese 30% que votara por Humala) no tiene estas atenciones minimas que deberia garantizar el Estado (salud, educacion, justicia, seguridad, etc.) y creen que la razon de no tenerlas es la politica economica (el libre mercado) y no la ausencia de politicas sociales.
    Eso, o mas simple aun, buscan al candidato que entre lineas les diga «yo te voy a dar de comer (quitadole a las mineras) sin que tengas uqe trabajar».

    Saludos,

    Augusto

    P.d. Espero que este todo muy bien por la chamba, mandale un caluroso saludo a Guillermo.

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    • Querido Augusto:
      Gracias por tu comentarios Augusto. La verdad yo creo que el gobernante, en tanto no interfiera en el mercado, no importa. Las políticas sociales suelen ser fuente de corrupción más que de ayuda y la gente no comprende eso. El Estado debería ser mínimo y no sé si la salud pública o incluso la educación sean su labor, aunque sin duda lo es la administración de justicia y la seguridad ciudadana.
      De otro lado, creo que la igualdad de oportunidades es una falacia en la que solemos por lo seductor de la equidad. Si se cree que en una sociedad hay iguladad de oportunidades los que están mejor lo están porque aprovecharon mejor su oportunidad que los demás, siendo que fueron iguales para todos. Eso no se presenta en la realidad, no hay igualdad de oportunidades, entre varias cosas porque el azar juega un rol muy grande en la vida y porque los hombres son desiguales. El venir de cierta clase social, tener cierto color de piel o un determinado apellido, hace que tengas una ventaja competitiva inmediata y no es rol del Estado hacer algo al respecto. Menos si no puede hacer bien lo único que debe (seguridad y administración de justicia).
      En lo que coincido plenamente es en que en el Perú los que más tienen no han sido conscientes de que el altruismo es eficiente porque evita este tipo de situaciones en donde el populismo, con discurso de Robin Hood, se impone.
      Un abrazo,
      Guillermo
      PD. Le daré tus saludos a Guillermo

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  2. Estimado Guillermo,

    Tienes razon cuando dices que «igualdad de oportunidades» es una falacia, en realidad me referia al concepto de «oprtunidad» a secas. O sea que el Estado, a traves de politicas sociales que satisfagan opotunidades basicas, ofrezca oportunidades a quienes no las tienen.

    De otra parte, si lo que dices respecto de que no importa el gobierno fuera exacto (ademas que, aceptemoslo, es una utopia que ningun pais, menos en latinoamerica, se va a arriesgar a tomar), no me queda claro como, por ejemplo, un ninio de un pueblo que se encuentra en la mitad de la nada y que no tiene como nutrirse adecuadamente ni dinero para pagar una escuela (si es que la educacion no fuera rol del Estado – lo que no quiere decir que este lo tenga prestar directamente, pues bien lo puede hacer a traves de un privado) puede mejorar su situacion de vida. Como es que el mercado hara que este ninio pueda insertarse en el mismo?

    Creo que es importante difundir el discurso liberal. Quiza sea bueno ir a lo mas basico. Creo, por ejemplo, que en esta campania ha faltado quienes digan: el modelo economico son estas tres o cuatro cosas (propiedad privada, libre asignacion de recursos, inversion privada, no participacion del Estado como empresario), de tal manera que se confronte, sobre la base de estos principios, a quienes no creen en ellos y que se explique porque la alternativa es mejor (o peor como tu y yo creemos).

    Un fuerte abrazo,

    Augusto

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